
Emprender en el mundo rural no es una utopía. Son muchos los ejemplos que hoy en día apuestan por ello pese a que la coyuntura no acompañe. Miriam Barahona, con raíces familiares en Checa y criada en Molina de Aragón, defiende la vida en el medio rural sin renunciar al desarrollo del mismo y de sus gentes. Esta licenciada en Bellas Artes montaba en 2017 la firma Sirem Wild que apuesta por la moda y los productos sostenibles con una clara vinculación a la naturaleza.
“Aunque nací en Barcelona, vine desde pequeña a Molina y me he criado aquí hasta que salí a estudiar Diseño Gráfico a Zaragoza y luego Bellas Artes en Cuenca”, recuerda Barahona, quien asegura que “el gusto por lo rural me caló desde pequeña y me gusta vivir así”. Esta afirmación la hace desde Collado Mediano, un pueblo de Madrid, donde ahora vive por cuestiones familiares pero que a ella se le asemeja en parte mucho a su Molina natal a la que vuelve varias veces al mes.
Tras vivir unos años fuera, en Reino Unido, Berlín o Granada, fue una de las fundadoras de la Asociación Micorriza, nacida hace ocho años de la mano de un grupo de jóvenes de la comarca de Molina de Aragón con el objetivo de ca custodia del territorio, fomentar el diálogo intergeneracional, desarrollar actividades de educación y sensibilización ambiental y potenciar la responsabilidad social corporativa.
Su labor con Micorriza, en proyectos y como voluntaria, la ha compaginado con la de diseñadora y pronto se hizo autónoma. “Estoy vinculada desde el principio en todos los proyectos aportando mi parte más de diseño y artística y luego como voluntaria cuando hemos hecho alguna acción”, añade en relación a Micorriza y fue en 2017 cuando dio el paso para crear su empresa si bien la idea y el proceso venía de antes.
“En 2011, en Inglaterra, en el proyecto de final de curso la idea era plasmar mis diseños en camisetas y todo esto lo hacía pintado a mano de forma artesanal, como piezas únicas. Posteriormente, eso fue a más y llegó un punto que no solo hacía mis diseños, sino que me enfoqué en el tema de la naturaleza que era lo que más me gustaba”.
Fue entonces cuando continuó realizando sus diseños, pero ya en una producción mecanizada para lo que creó la marca, Sirem Wild, mezcla de su seudónimo (Sirem) y “wild para darle un punto de conexión con la naturaleza, lo salvaje y el entorno que nos rodea”. Tocaba entonces buscar proveedores para la impresión de sus camisetas y posteriormente otros productos donde la sostenibilidad era esencial.

“La idea de la marca era sacar una colección al año, con diseños diferentes como de edición limitada y luego como encargos más especiales están las camisetas a mano personalizadas. Siempre manteniendo la parte artística y no solo centrada en el textil sino en diferentes soportes plasmando en los diseños y siempre pensando en lo sostenible”, explica esta emprendedora.
Dispone de tienda online además de una red de tiendas físicas que también venden su producto. “El crecimiento es lento y a día de hoy no puedo vivir todavía de ello y el tema online es complicado para posicionarlo, aunque voy notando que cada año va a más pero poco a poco”, asegura. De hecho, ahora lo compagina con otros proyectos en Micorriza. Así, ahora trabaja, junto a otro compañero que coordina el proyecto, en la elaboración de un catálogo de árboles singulares para Guadalajara capital que está previsto finalice este año.
No obstante, confía en que en un tiempo pueda vivir de ello porque la tendencia por apostar por lo sostenible va a más. “Cuando empecé lo sostenible casi ni se escuchaba y ahora, en estos cuatro o cinco últimos años, ha habido un boom de marcas de este tipo y es un sector que ha crecido porque era incipiente”, asegura Barahona quien defiende un proyecto desde el mundo rural.
Imágenes: Siremwild.com